domingo, agosto 20, 2006

...hace un tiempo me nuble y solo veía azuloscurocasinegro (2005)

Agarro ese, tú movimiento.... y con él, hago columpio.
El balanceo trae aire fresco a mi rostro.
Y de fondo tu risa.
Mis ojos se fijan en tus circunstancias y escuchan tus lamentos,
mientras, yaces tumbado en un campo de trigo, a mi lado...
o quizás... eso es lo que alimenta mi ilusión, simplemente, querer imaginarlo.

Triste vivir en éste teatro, donde los actos no concluyen en realidades, sino tan solo en eso, representaciones en las que todos participamos para formar parte de esta patraña, esta divina comedia como alegoría de la vida del hombre.
Circo, de indescriptibles payasos, fieras hambrientas que todo devoran... y mientras, por el palco pasean almas desnudas, ateridas de frío, buscando un sentido a tanto ruido, tanta risa, tanto público endemoniado que se sienta a observar el dolor ajeno, y mientras, así sus almas se consuelan. Y miran tras de sí, queriendo buscar lobo o tigre que les haga trepar, clavar la uñas y subir a la rama más alta.

Pero ya, ni tal peligro acecha... nada hace temblar su pulso.
No hay ríos de infierno, ni ráfagas que les lleven alto.
Tan solo deambulan, esta vez por un palco.

Quiero perderme en ese silencio. Quiero no mezclarme más con dicha algarabía.
Quiero notas claras, pentagramas sin tachones. Quiero espacio entre el peso de cada sonido.
Quiero presionar las teclas de mi piano, formar acordes que te cojan de la mano, que te mezan...
Quiero ser coincidente. Quiero ser abrazada.
Quiero dibujar eternamente tu sonrisa.
Quiero acariciar el tesoro con nombre, conocer su libertad.
Quiero beberme su sabor, nutrirme en valor.
Quiero que me salven, aunque uno mismo sepa hacerlo.
Quiero la utopía, quiero mi sueño.
Quiero que su vuelo sea eterno y no se quemen sus alas al sonreírle al sol.
Quiero quererte.


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